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El Ciervo Encantado

  • E. Elliott
  • 9 jun 2015
  • 5 Min. de lectura

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Traducción y adaptación de: Enrique Elliott

Había una vez dos hermanos llamados Gretchen y Juan…Vivían con una madrastra cruel, a las orillas del bosque…La malvada mujer no solamente los hacía trabajar todo el día, sino que también los tenía a ración de hambre. Finalmente una noche…Y tal como lo pensaron lo hicieron, internándose en el bosque. Al caer la noche comieron unas cuantas nueces y bayas silvestres acostándose a dormir bajo un árbol.

ientras la madrasta había descubierto su desaparición…Como en realidad la madrastra era una mala mujer, al anochecer encendió una fogata…El fuego mostró a Gretchen y Juan dormidos bajo un árbol y así la bruja puso un hechizo sobre todas las aguas del bosque. A la mañana siguiente, cuando los niños despertaron, el sol brillaba con fuerza desusada y se pusieron en marcha. Siguieron el rumor del agua pero cuando iban a beber se detuvieron al escuchar las aguas que les dijeron que estaban encantadas y que quién bebiera agua de ese arroyo se convertiría en león. Pronto encontraron otra corriente, pero justamente cuando estaban a punto de beber las aguas les dijeron que estaban encantadas y quién bebiera de ellas se convertiría en tigre. Juan tenía una sed espantosa y parecía ya no importarle beber de las aguas del arroyo…no lo hagas hermano le rogaba Gretchen llorando.

Una vez más los atrajo el agua del arroyo, pero de nuevo cuando estaban a punto de beber les dijeron las aguas: Estamos encantadas quien beba el agua se convertirá en ciervo; Pero esta vez, Juan ya no hizo caso y se inclinó a beber las aguas del arroyo ¡no¡ -gritó Gretchen ¿no escuchaste a las aguas, que te dijeron que estaban encantadas - le preguntó su hermana- no hermana, no escuché nada. En cuanto el agua tocó sus labios…Juan se convirtió en ciervo. Los dos lloraron, LUEGO Gretchen se quitó su collar de oro ciñéndolo en torno al cuello del ciervo y tejió una cuerda suave y la pasó en torno del collar. Después siguieron caminando largo rato, hasta que finalmente llegaron a una casita. Tocaron la puerta, pero nadie abrió. Entonces Gretchen levantó el picaporte y ambos entraron.

Después de tan larga y agotadora caminata, Gretchen y el ciervo encantado estaban rendidos. La niña hizo una cama con hojas suaves y musgo, sobre la cual durmieron ambos. Así pasó el tiempo y Gretchen y su hermano vivieron en la casita sin contratiempos… Gretchen se hacía más hermosa cada día y el ciervo crecía grande y fuerte.

Sucedió que por aquel tiempo el rey y su corte llegaron al bosque de cacería, y el aire retembló con el sonar de las trompetas. Antes de comenzar la cacería el rey dijo a sus súbditos: Me han dicho que hay un ciervo encantado con un collar de oro en este bosque, al que lo traiga le daré una bolsa llena de oro como recompensa, y todos partieron en busca del ciervo encantado. Mientras en la casita Gretchen y su hermano ajenos a lo que sucedía en torno a ellos escucharon los cuernos de la caza. Juan quiso inmediatamente participar en la cacería alegando ser más veloz que las flechas y más diestro que los cazadores,. Tanto lloró y suplicó el ciervo , que por fin su hermana le abrió la puerta. Juan le dijo antes de irse: echa el cerrojo hermanita para que no te vean los cazadores, por mí no te preocupes estaré bien. Gretchen –le dijo antes de partir- Cuando regreses toca la puerta y dime estas palabras: hermanita, sí de veras me quieres, déjame entrar contigo. Juan saltó alegremente y se perdió en el corazón del bosque. De pronto algunos cazadores vieron a Juan y lo siguieron todo el día, pero el ciervo tenía patas muy ágiles y era muy inteligente. Cuando llegó la noche y Juan se sintió cansado, decidió regresar a su caza.

Como los cazadores estaban rendidos de seguirlo durante todo el día y no alcanzarlo decidieron descansar un poco. Mientras tanto Juan regresó felizmente a casa -y le dijo- a su hermana: Hermanita, si de veras me quieres, déjame entrar contigo. Gretchen feliz de verle de nuevo le abrió la puerta llena de alegría. A la mañana siguiente, sonaron de nuevo los cuernos de los cazadores y Juan quiso participar por segunda vez en la cacería alegando ser más veloz e inteligente que los cazadores. Gretchen le dijo: No, ya no irás. Ayer tuviste suerte, pero hoy pueden capturarte. Juan insistió tanto que terminó por convencer a su hermana de nuevo de que le abriera la puerta. Su hermana le hizo la misma recomendación del día anterior y Juan partió nuevamente hacia el corazón del bosque. Los cazadores vieron que el ciervo había vuelto y dijeron: ahora sí, no escaparás.

Durante todo el día lo siguieron y nuevamente sus ágiles piernas lo pusieron a salvo de los cazadores. Pero al anochecer… Juan cansado dio un tropezón y se lastimó una pata, pero logró escapar y cojeando llegó hasta su casa seguido por uno de los cazadores. El cazador regresó a contarle todo al rey…A la mañana siguiente ya había sanado la pata del ciervo, cuando sonaron de nuevo las trompetas de la cacería. Juan nuevamente le insistió a su hermana tanto, en que le dejara salir, que la convenció de nuevo y se echó a correr al bosque (sin darse cuenta) que la malvada de la madrastra los espiaba fuera de la casita.

Nadie me reconocería a mí disfrazada, entonces se convirtió en un ciervo negro y siguió al ciervo encantado. Poco después, se acercaban el rey los cazadores y exclamó el rey ¡un ciervo negro, qué belleza, nunca vi semejante trofeo¡ De nuevo todo el día siguieron los cazadores al ciervo encantado, mientras el negro permanecía siempre cerca, atento a lo que sucedía. Al anochecer, el rey y uno de sus cortesanos se apartaron del grupo. Entonces le dijo el rey, ha llegado el momento de que me muestres la cabaña. El cazador llevó al monarca hasta la cabaña del bosque -y le dijo- lo que debía decir.

El rey repitió las palabras frente a la puerta: Hermanita, si de veras me quieres déjame entrar contigo. Cuando Gretchen oyó aquello, abrió la puerta… ¿quién sois? El se complació mucho con aquella belleza y le dijo: no temas, no te haré ningún daño… Qué le has hecho a mi hermano? Tu hermano…quién es tu hermano? El ciervo del collar de oro fue embrujado hace muchos años por la malvada de nuestra madrastra. En aquel momento, sonaron los cuernos de caza…El rey le dijo- Ven ¡pronto¡, lo han atrapado y ambos corrieron hacia donde se escuchaban los cuernos de la caza. Cuando llegaron ante los cazadores estos habían capturado a ambos al ciervo encantado y al ciervo negro. En ese momento el ciervo negro volvió a convertirse en la malvada mujer y le suplicó al rey…

No me hagas ningún daño yo no soy una cierva de veras… Gretchen al verla gritó furiosa ¡Esta es nuestra madrastra, la que encantó a mi hermano y entonces suplicó al rey por favor majestad…no la dejes ir, hasta que no levante el encantamiento…entonces el rey le ordenó levantar el encantamiento…A la mala mujer tanto miedo le dio al saber que era el rey, que obedeció la orden de inmediato y el ciervo se convirtió en una puesto joven…

Gretchen abrazó llorosa de felicidad a su hermano y le dijo al rey ¿ cómo podemos agradecérselo? Muy fácil –le dijo- el rey…Quieres venir conmigo a mi palacio y ser mi reina? Me aceptas como tu esposo… Claro –dijo Gretchen llena de emoción… Todos partieron al palacio del rey y vivieron para siempre muy felices.

 
 
 

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